jueves, 26 de julio de 2007

Respuesta a una pregunta tipo ensayo por Marielba Acuña y Francis Casas

Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Curso: Aprendizaje de la Lectura y Escritura en el Preescolar y Primer Grado
Profesora: Angélica Silva
Período Académico 2007-I


Alumnas: Marielba Acuña y Francis Casas
Secc: 004


¿Qué implicaciones pedagógicas tiene en tu ámbito profesional conocer que la naturaleza de la escritura es multidimensional y sicosociolingüística? Argumenta tu respuesta, tomando una posición crítica acerca del impacto que a ti te merece tal consideración como futura docente o docente en ejercicio.


En el texto la naturaleza de la escritura de Fraca de Barrera, L. (1997) se plantean siete implicaciones o consideraciones de carácter pedagógico. A partir de las reflexiones de la autora acerca de la naturaleza multidimensional y psicosociolingüística de la lengua escrita, nos proponemos exponer nuestro impacto y posición crítica ante dos de esas consideraciones. De los argumentos presentados hay dos cosas que nos han quedado absolutamente claros. En ese sentido el primer planteamiento es el carácter eminentemente social del sistema escrito y que para abordar su enseñanza debemos contextualizarlo dentro de la sociedad en la que nos desenvolvemos. Ubicarnos en nuestro contexto social y el contexto del niño de Educación Especial nos permitirá orientar el proceso de apropiación del sistema escrito con un valor significativo y funcional. El segundo aspecto que nos ha cambiado la percepción en cuanto a la enseñanza de la lectura y la escritura en el nivel tiene que ver con el conocer las competencias lingüísticas, cognoscitivas y comunicativas que deben ser manejadas en el proceso del intercambio de información a través del texto escrito.

Ahora bien, el primer aspecto que queremos analizar en relación con lo anterior, es el carácter funcional y social de la lengua escrita. Tal aspecto queremos relacionarlo con la necesidad de proporcionar a los niños materiales impresos adecuados que le permitan apropiarse del sistema escrito con una función específica. Reflexionando sobre esta consideración pedagógica nos hicimos consientes de un hecho relacionado con las bibliotecas en el nivel de preescolar. Éstas suelen tener en su inventario principalmente cuentos. Muchas veces también se incluyen revistas, periódicos y catálogos. Sin embargo, este inventario contiene sólo una pequeñísima muestra de los bienes culturales escritos de nuestra sociedad. Consideramos que hace falta ampliar las muestras de material impreso dentro del aula del preescolar, para poner en contacto al niño con una lengua escrita real que circula en la sociedad. En ese sentido, es necesario incluir una muestra de todos los materiales impresos tales como: envoltorios de chuchearías, etiquetas de alimentos, bebidas, libros, enciclopedias, avisos, propagandas, restaurantes, menús, marcas de productos, juegos, logotipos, medicamentos, artículos de aseo personal y limpieza, entre otros, para ampliar el repertorio de los textos escrito con los cuales los niños tienen y deben tener contacto desde muy pequeños.

De igual manera, al conocer sobre la naturaleza psicosociolingüística de la lengua escrita como la llama la autora constatamos, que la necesidad de ampliar el uso de materiales gráficos a todos los espacios de aprendizaje dentro de la institución educativa es absolutamente una actividad en la cual deben participar los alumnos. Nos referimos entonces no sólo a la rotulación del material existente sino a la inclusión de recursos como señales de tránsito, carteles de direcciones, logos, muestra de carteles de camionetitas, billetes, monedas, documentos de identificación, diplomas, títulos, empaque de diferentes y variados productos electrodomésticos, juegos de azar, etiquetas de ropa, zapatos, equipos deportivos, guías telefónicas, entre otros. Lo anterior se sostiene por nuestra idea de que en nuestra sociedad la lectura y la escrita son herramientas de comunicación cotidiana. El continuo uso del sistema escrito descontextualizadamente nos ha hecho perder la perspectiva de su importancia y trascendencia. Por consiguiente, por su importancia, es absurdo limitarnos al libro de iniciación a la lectura y olvidar los bastísimos insumos que contienen lengua escrita y que manejamos diariamente con cualquier ciudadano, incluyendo a nuestros pequeños ciudadanos, los niños y las niñas que inician su escolaridad formal en la Educación Inicial.

Consideramos necesario en nuestra labor como docentes, hacernos consientes de la importancia que tiene en nuestra sociedad la lectura y la escritura y la diversidad de recursos de los cuales disponemos, para que los niños y niñas se apropien del sistema escrito. Desde esta conciencia debemos permitirles a los alumnos “adentrarse” en el nuevo sistema del texto escrito como bien lo proponen Luis Barrera Linares y Lucía Fraca de Barrera.

La segunda consideración pedagógica que nos interpela es la necesidad de trabajar integralmente el desarrollo de las competencias lingüísticas dentro del aula de clases. Con el estudio de las diferencias entre texto oral y texto escrito realizado por Luis Barrera Linares quedó claro que, el abordaje de la enseñanza de ambos sistemas de comunicación debe ser diferente. Sin embargo, las funciones de hablar- oír- leer y escribir tienen en común o implican el uso de nuestras facultades mentales. En tal sentido, consideramos que necesitamos clasificar este punto de encuentro entre hablar- oír- leer y escribir. Requerimos encontrar el punto en el que estas facultades se apoyan para desarrollarse. Si bien es cierto que el lenguaje oral merece un tratamiento o abordaje diferente a la lengua escrita para las diferencias de forma, contexto y praxis, también es cierto que el hombre no se puede fraccionar. La unidad y complejidad del hombre exige ser tratado como tal en el desarrollo de nuevas habilidades específicas como son leer y escribir y las cuales se inician en el Preescolar.

Aunque el texto escrito no es una “copia” del texto oral Barrera, L. (1999), las habilidades que el niño ya trae en relación con la compresión y expresión de la lengua oral son la base para la adquisición de la lengua escrita. Por tal razón, nos hace falta a los maestros desarrollar estrategias pedagógicas que nos permitan mostrar a los niños y niñas que el sistema oral y el sistema escrito tienen sus propias reglas y al mismo tiempo se relacionan porque son dos expresiones de nuestra habilidad comunicativa.

Para concluir, la reflexión realizada hasta ahora nos permite comprender que es necesario para nuestra labor como docentes ampliar nuestras estrategias pedagógicas para abordar la enseñanza de la lectura y la escritura. Otra necesidad que nos apremia es ampliar nuestros conocimientos basándonos en las teorías del aprendizaje, para abordar adecuadamente y de forma integral el desarrollo de las competencias lingüísticas en nuestros alumnos durante su paso por la educación inicial y el desarrollo de su alfabetización en estas etapas tempranas.

Bibliografía consultada:

  • Barrera, L. (1999). En Puente (Comp.). Comprensión de la lectura y acción docente: Del sonido a la grafía: texto oral y texto escrito. (pp. 184-205)
  • Fraca de Barrera, L. (1997). De la naturaleza de la lengua escrita. Letras 54-55. Caracas: CILLAB.

Respuesta a una pregunta tipo ensayo por Marielba Acuña

Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Curso: Aprendizaje de la Lectura y Escritura en el Preescolar y Primer Grado
Profesora: Angélica Silva
Período Académico 2007-I

Alumna: C. Marielba Acuña Y.
Secc: 004


Durante el curso hemos discutidos temas relacionados con el uso del dictado para corregir la ortografía, la copia, las planas, los ejercicios caligráficos y el uso del libro de la lectura como “herramientas pedagógicas”. En ese sentido, precisa algunas ideas -relacionando por lo menos dos de ellas- del porqué emplearlas o no en una didáctica integral de la lengua materna en Educación Inicial.


A lo largo del desarrollo de este curso hemos manejado diferentes informaciones, planteamientos y posturas que cuestionan el uso de las herramientas pedagógicas tradicionales para la iniciación de la lectura y la escritura. Durante las discusiones realizadas en clase hemos evaluado y al mismo tiempo cuestionado ciertas estrategias. A través de ese análisis han resonado, fuertemente, el uso del libro de iniciación de la lectura y el dictado.

La elección de las herramientas pedagógicas que use el docente para iniciar la lectura y la escritura y cómo éste utilice esas herramientas dependerá de la concepción teórica y psicológica del aprendizaje que se tenga. La acción pedagógica del docente dependerá, entonces, de su esa concepción y de su explicación de la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura.

Por consiguiente, lo que determina si una herramienta como el libro de iniciación a la lectura es apropiada o no es la forma en que el docente la usa y si utiliza sólo esa herramienta o combinada a no con otros métodos y estrategias. Ahora bien en relación con el dictado pasa lo mismo. El dictado es bueno o malo según la claridad que tenga el maestro de su uso. Si el docente tiene claro para qué quiere que los niños tomen dictado, cómo debe ser ese proceso, qué quiere lograr con esa actividad y cuándo va a utilizar esa herramienta, entonces el dictado puede ser una herramienta pedagógica útil.

Por su parte, otro tema que circunda esta discusión tiene que ver con la oposición de las teorías. En ese sentido, debo indicar que no creo en la oposición conductismo versus cognoscitivismo. Personalmente, me identifico con el socioconstructivismo y desde esa postura quiero ser coherente en mi práctica educativa. Sin embargo, creo que cada niño tiene situaciones particulares y formas de responder a ellas para iniciarse en la lectura y en la escritura. Por tal razón, hoy estoy segura de que hay que contar con un amplio repertorio de estrategias y herramientas pedagógicas así como de un planteamiento teórico que permita saber por qué propiciar o no una actividad en el aula.

Para finalizar y retomar lo antes expuesto, debo señalar que no hay herramienta pedagógica mala o buena. Hay docentes que según su formación utilizan adecuada o inadecuadamente las múltiples herramientas pedagógicas, para la iniciación de la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura en el nivel de educación preescolar y primer grado de educación básica que hemos indicado. Por ello, creo que el asunto no está sólo en el cómo aplicar una estrategia sino en el qué cree el maestro acerca de ella.